Las demostraciones de fuerza pueden estar a punto de terminar
La Voz de Galicia.
Sofía Vázquez
30/6/2009
Sofía Vázquez
30/6/2009
¿Por qué no se ponen de acuerdo las dos partes de este conflicto? Para dar respuesta a esta pregunta existen varias versiones. La primera relaciona el arranque de la movilización con las elecciones a la patronal gallega y también con las de la CIG, la central nacionalista vinculada al BNG, partido integrante del anterior Gobierno gallego.
La presidencia de la Confederación de Empresarios de Galicia se la disputaron Antonio Fontenla y José Manuel Fernández Alvariño. Según distintas fuentes, el segundo, que mantenía una postura más radical que el primero frente a los representantes de los trabajadores, advirtió que la negociación sería difícil, «y no le dejó otra salida a los sindicatos que ir a la huelga; y, sobre todo, a la central nacionalista que, a las pocas semanas, celebró su congreso». Sin embargo, esta idea es descartada de forma tajante por otras fuentes consultadas. «Alvariño no está negociando en el metal. Lo hace José María Hidalgo, que es el rival de aquel. Así que esta versión carece de fundamento», argumentan.
Otro factor que está influyendo en la duración de la movilización es la alta tensión que se vive en la provincia de Pontevedra. «Se necesita un período de descompresión para que se firme el convenio», advierten fuentes próximas al conflicto, quienes apuntan también que los trabajadores «aguantarían» con sueldos de 400-500 euros porque buena parte de ellos están cambiando los días en huelga por vacaciones.
Además, ni a la patronal ni a los sindicatos les conviene la mediación de la Xunta. ¿Por qué? A los primeros, explican los mismos expertos en materia laboral, no les va a «solucionar este asunto un miembro del PP; no lo consentirían». Mientras que si la Xunta adoptase una postura próxima a los sindicatos, la solución propuesta jamás sería aceptada por los empresarios, después de soportar más de 20 días de huelga. «Solo las partes pueden llegar a un acuerdo, y ya veremos si más adelante, en septiembre u octubre, surge un nuevo conflicto laboral», subrayan
Pero, sean cuales sean las fuentes consultadas, todas coinciden en que el paro del metal -uno de los más largos de la historia de España- está a punto de concluir, entre otras cosas porque ya remató el congreso de la CIG.
Al llegar a este punto, fuentes bien informadas quieren destacar el peso que en este conflicto tiene la demostración de fuerza por parte de los sindicatos, cuya presencia en el metal es ya histórica.
La presidencia de la Confederación de Empresarios de Galicia se la disputaron Antonio Fontenla y José Manuel Fernández Alvariño. Según distintas fuentes, el segundo, que mantenía una postura más radical que el primero frente a los representantes de los trabajadores, advirtió que la negociación sería difícil, «y no le dejó otra salida a los sindicatos que ir a la huelga; y, sobre todo, a la central nacionalista que, a las pocas semanas, celebró su congreso». Sin embargo, esta idea es descartada de forma tajante por otras fuentes consultadas. «Alvariño no está negociando en el metal. Lo hace José María Hidalgo, que es el rival de aquel. Así que esta versión carece de fundamento», argumentan.
Otro factor que está influyendo en la duración de la movilización es la alta tensión que se vive en la provincia de Pontevedra. «Se necesita un período de descompresión para que se firme el convenio», advierten fuentes próximas al conflicto, quienes apuntan también que los trabajadores «aguantarían» con sueldos de 400-500 euros porque buena parte de ellos están cambiando los días en huelga por vacaciones.
Además, ni a la patronal ni a los sindicatos les conviene la mediación de la Xunta. ¿Por qué? A los primeros, explican los mismos expertos en materia laboral, no les va a «solucionar este asunto un miembro del PP; no lo consentirían». Mientras que si la Xunta adoptase una postura próxima a los sindicatos, la solución propuesta jamás sería aceptada por los empresarios, después de soportar más de 20 días de huelga. «Solo las partes pueden llegar a un acuerdo, y ya veremos si más adelante, en septiembre u octubre, surge un nuevo conflicto laboral», subrayan
Pero, sean cuales sean las fuentes consultadas, todas coinciden en que el paro del metal -uno de los más largos de la historia de España- está a punto de concluir, entre otras cosas porque ya remató el congreso de la CIG.
Al llegar a este punto, fuentes bien informadas quieren destacar el peso que en este conflicto tiene la demostración de fuerza por parte de los sindicatos, cuya presencia en el metal es ya histórica.